martes, 29 de enero de 2013

Conflicto desde una perspectiva etimológica de la palabra significa golpe, choque.  Y nadie puede negar que la sensación corporal que poseemos al enfrentarnos a una enfermedad es de conflicto, sino para qué buscaríamos desgarrarnos esa sensación de mal-estar, no?!.   En otras palabras, por no ser capaz de estar atentos a los mensajes corporales, el cuerpo como parte del todo mismo, nos comunica el conflicto que existe entre nuestro ser y nuestro estar.  Y éste no lo manifiesta aleatoriamente, sino que lo hace con códigos bastante claros, sobre todo en un comienzo de la comunicación, esto es en un primer estadio de la enfermedad.  Luego indiscutiblemente, por tratar de seguir haciendo la vista gorda a este código de comunicación, (y llenarnos de terapias para hacer desaparecer el mal-estar  sin hacernos responsable del fin de éste), este sistema de lenguaje, es decir la enfermedad, se va volviendo cada vez más compleja.  Se hace confuso ante nuestros ojos, llegando incluso a parecernos una mala jugarreta del destino.

El rehuir al conflicto, se ve análogo a  cuando huimos de una conversación muy necesaria en nuestras vidas.  Esa conversación puede ser con nosotros mismo (la mayoría del tiempo) o con el otro, donde existe alguna relación que nos exige conocimiento de nosotros tanto como seres individuales como sociales.  Aquella falta de comunicación sin caretas, desde lo que somos realmente, ha dejado de realizarse en nuestro medio.   Y como no!! si ya no reconocemos cuando estamos con  máscara y cuando no!! Cada vez es más duro y penalizado mostrarnos con nuestras vulnerabilidades, con nuestros lados brillantes y nuestra oscuridad.  Socialmente nos encriptamos para tener cabida en un mundo de muertos.  ¿Sino por qué esta sociedad se encuentra tan enferma? ¿No será la misma enfermedad la base para volver a sanearnos?

¿Cómo hacer lectura del conflicto cuándo se ha perdido la capacidad de observar la presencia de éste en nuestras vidas? .. El malestar nos obliga de una u otra forma a "parar" y tomar tiempos que sin este hecho no lo haríamos.  Cuando el malestar comienza a crecer, incluso acudimos a alguien "a veces llamado terapeuta - médico- etc" para que mágicamente nos saque esto que nos molesta tanto.

Y dependiendo de donde nos dejemos caer para este "arranqueme el dolor doctor" van a ser las respuestas y las infinitas teorías acerca de este conflicto.  Algunas son.  Su hígado falla!!, su sistema inmune está deficitario!!, se encuentra estresado!!, se encuentra mentalmente desiquilibrado!!, etc, etc, etc.  Entonces comenzamos a "tomar algo" para hacer que el hígado funcione mejor, para que el sistema inmune se restablezca, para vivir más relajados o para que nuestra psique este un poco más estable.  Buscamos un remedio, una receta, un mecanismo para salir de ese malestar.  Ojalá que sea haciendo lo más sencillo posible...-.


No hay comentarios:

Publicar un comentario