jueves, 7 de marzo de 2013

Aprendiendo del dolor

El dolor es uno de los grandes, sino bien el Gran tema de la medicina.  La definición del  dolor se ha consensuado como:   "el dolor es una experiencia sensorial personal, física, emocional,  y mental desagradable asociado a daño tisular  o bien descrita en términos de tal daño".
El dolor como experiencia sería por tanto subjetivo (me pregunto que no lo es).  De echo se habla de umbrales del dolor como si hubiera  una barra donde éste se activa y dispara en intensidad según las experiencias pasadas y como éstas  hallan dejado una huella en nosotros.

He visto mucha gente pasar por dolor físico, también lo he experimentado de una manera mucho más amable de lo que he visto afuera.  He visto niños, adultos y ancianos  llorar de dolor.  El dolor es una experiencia que de cierta manera no deja que nos escapemos a otro lugar que no sea el sentir.  Nos trae físicamente a concentrarnos en esa zona del cuerpo que está doliendo y desear extirparlo, solo por ser una experiencia en su mayoría desagradable .  También he visto heroicamente a personas aceptando el dolor, por ejemplo en los últimos momentos de vida. Estos son los seres que llaman profundamente mi atención, pues no es un "aguantarse" desde un ego de "yo me la puedo porque tengo que poder sino sería débil!", no es eso, sino una aceptación profunda del momento que se está viviendo.

¿Por qué defino dolor antes de sufrimiento? Porque son primo hermanos en nuestro lenguaje coloquial.  Charlamos y utilizamos estos términos más de una vez indistintamente.

El sufrimiento también tiene características subjetivas y vivenciales.  Incluso algunas manifestaciones del dolor y del sufrimiento pueden asemejarse:  aparición de emociones instintivas de miedo, angustia, rabia, etc.

Una forma práctica de diferenciar el dolor del sufrimiento es que el dolor es un mecanismo de alarma, más bien del plano corporal.  Aparece en forma aguda cuando existe un gatillante y aparece en forma crónica cuando otros mecanismos no fueron escuchados y el dolor se presenta permanente o intermitentemente a seguir cumpliendo su trabajo: Avisarnos que algo no anda bien.

El dolor como protección.-


El dolor como mecanismo protector se da por ejemplo cuando un niño pequeño o un animal se golpean o se queman, o cualquier hecho que provoque dolor, este grita, gime, manifiesta y expresa que fue una experiencia desagradable.  Como no está pegado a esta experiencia, luego de que la alarma cumple su misión este momento pasa, no se queda estancado rumiando la experiencia.  Por ejemplo al quemarnos el dolor  te avisa: aléjate del fuego!!, este daña y ya daño una parte de ti!!  , como no está pegado a la experiencia, se la vive y ya!!! pasó!!! no sigue aullando ni hablando del echo porque ésta tuvo su misión que se cumplió.

El sufrimiento es un proceso de revivir, emocionalmente volvemos a revivir el miedo y la angustia causada en el momento de alarma. En el sufrimiento surgen reflexiones: ¿por qué?, ¿para qué?, etc;  si la reflexión termina en algo nutritivo quizás el sufrimiento tenga un buen fin y no sea un desperdicio mental.....

Pues bien los seres humanos lloramos y nos entristecemos, eso es un hecho.  Los motivos son más de los que podemos imaginar.  Claro está que esta palabra "sufrimiento" va asociada a muchas otras como odio, desilusión, insatisfacción, desolación, desesperanza, angustia, abatimiento, soledad, egoísmo, mezquindad, etc.  (insisto más de las que podamos imaginar), y de igual forma no asociaríamos sufrimiento a amor, alegría, satisfacción, motivación, bondad, esperanza, etc.

El sufrimiento es una cara más de la moneda, sin esta no apreciaríamos el revés.  Algunos hablan que también es un mecanismo de alarma y protección pero más complejo.  Nos alarma para introducirnos a nuestra psiquis y sumergirnos para descubrir el trozo de hielo que no vemos más que su punta (iceberg).  Como existen muchos distractores para sobrellevar el dolor del alma (evación, drogas, comida, etc), este se aísla y minimiza, pero su fuego siempre se vuelve a encender y quema, obligándonos a retornar a cuestionamientos esenciales para el aprendizaje.



Creo que como seres humanos en armonía no sufriremos y nos alejaremos  de la destrucción, de la autodestrucción.  Podremos mirar con limpieza lo que nos rodea y aprenderemos cual niño pequeño se aleja de lo que provoca dolor.  Creo que llegaremos a conectarnos sin conflictos con nuestra alma, y este proceso será solo dicha.  Mientras esto no ocurra, seguiremos experimentando dolor y sufrimiento como una vía para aprendizaje.




El dolor puede convertirse en un maestro, comprender el mensaje es tarea de cada uno.